3 de junio de 2012

Sydney (III) Apatrullando la ciudad

Era nuestro cuarto día en Sydney y aunque nos despertamos más bien temprano con ganas de seguir descubriendo la ciudad, la lluvia que la noche antes nos dio las buenas noches y que también esa mañana nos dio los buenos días, no animaba mucho a pasear por las calles. Así que era uno de esos "library moment" o momento biblioteca. En los que aprovechas para ir y pasar allí la mañana estudiando las guías de viajes, sacando información, planeando qué hacer en los próximos días y disfrutando de la velocidad de internet que hay en ellas, y que tanto cuesta encontrar en Australia, para subir bastantes fotos.

Vista desde la habitación en Brado's Backpackers
Esa mañana además nos cambiamos a otro hostel que estaba en la misma zona, en Darlinghurst Road, pero que era 14 dólares/noche más barato, y aunque era bastante cutre, nos venía bien para conseguir así "ahorrar" un poco en el alojamiento y pasar los últimos días, antes de poder mudarnos a casa de nuestro amigo. La verdad es que no se lo recomendaría a nadie. Bueno, si fuera sólo para pasar una noche o dos (como queríamos nosotros) y no vas a hacer mucho uso de la cocina o del cuarto de baño, a lo mejor sería pasable. Pero si es para estar más tiempo y esperas encontrarte algo más que una cama, mi consejo es que te busques otro directamente. Se llamaba Brado's Backpackers.

Ya por la tarde nos fuimos a casa de nuestro amigo a ver alguna película y nos quedamos a cenar allí. Era el último día en la ciudad de su padre, así que prepararon una cena para despedirle, ya que al día siguiente muy temprano se volvía a España después de un mes y medio en Australia. Todos juntos y degustando un buen solomillo y una copa de vino pasamos la noche, y creo que no hace falta decir a qué nos supo...¡A gloria bendita!

The last dinner
Al día siguiente, 1 de marzo, el tiempo volvió a darnos una tregua y nos fuimos andando hasta la estación de trenes y autobuses a comprar el billete de autobús que ya teníamos estudiado desde España y que queríamos comprar antes de irnos de Sydney, para que al llegar a Cairns estuviera todo listo. Nuestro billete era el Queensland Coaster que hace el recorrido Cairns - Brisbane (o viceversa) El paquete incluye, además del propio billete de autobús con el que puedes viajar y subir y bajar todas las veces que quieras durante 90 días, varias excursiones que iré contando más adelante.


Lo compramos en el mostrador de información que hay en la misma estación, que aunque no era el "oficial" para billetes Greyhound, (la compañía de autobuses que vende ese billete), también lo venden con las mismas condiciones y con el mismo precio. Al chico que nos atendió le preguntamos si tenía alguna hoja con información con las paradas y con los horarios de los autobuses a lo largo de la ruta Cairns - Brisbane, pero no tenía nada y nos recomendó ir a cualquier oficina Greyhound, donde seguro nos podrían dar más información.

Al salir de allí con nuestros billetes, en la parte de abajo de la estación, nos encontramos con una de estas oficinas, que la verdad, no habíamos visto antes.
Cuando le comentamos que acabábamos de comprar los billetes y que nos gustaría saber los horarios y paradas que encontraríamos, el chico nos dio toda la información y nos dijo que si lo hubiéramos comprado allí, nos habría regalado una tarjeta de teléfono Virgin Mobile y 6 dólares de conexión a internet, pero que al venir ya con el billete comprado de otro sitio, aunque en el mostrador de la estación también lo vendan y no haya ningún problema en ello, ya no nos lo podía regalar. Confundido

Seguimos nuestro paseo mañanero recorriendo desde allí algunos de los barrios que todavía no conocíamos. Como el de Paddington,  un barrio que está ahora en auge y tiene muchas tiendas de moda y galerías de arte, bajando por la calle Oxford Street. Desde allí seguimos la que se supone es la ruta que hace el autobús turístico, pero a pie.

Panadería en Harris Street
La ruta pasa por una de las calles más largas de Sydney, Harris Street, y por una zona que no tenía nada que ver con lo que habíamos visto hasta ese momento. Las casas y edificios eran diferentes y todo era, como digo yo, más de barrio. La mayoría de los edificios no tenían más de 4 plantas y era muy tranquilo, con sus bajos comerciales, panaderías, cafeterías, lavanderías, etc.
Estaba fuera del recorrido más turístico y contaba con una vida propia que me encantó. No me importaría vivir allí.

Paramos a comer en un parque con vistas al Darling Harbour, donde también está uno de los canales de televisión más importantes allí en Australia, el canal 7. Estábamos justo al lado de un centro comercial que se llama Star City y que tiene hasta un mega casino dentro. El casino, el único legal en Sydney, tiene doce restaurantes y hasta un hotel con 350 habitaciones.

Una de las salas de juego de "Star City Casino" 


Nosotros entramos para echar un vistazo e hicimos unas cuantas fotos sin saber que estaba prohibido. Cuando ya llevaba unas cuantas, un hombre que todavía no me había visto hacer ninguna, me dijo que no se podían hacer fotos, pero ya era un poco tarde... Cool






Jardín chino en Sydney


La ruta que íbamos siguiendo llegaba hasta Darling Harbour, pero nosotros seguimos andando hasta Chinatown.


Desde el barrio chino continuamos hasta llegar al distrito central de negocios de la ciudad (CBD) y estuvimos toda la tarde entre las famosas Pitt Street y George Street.


Es una zona que nos gustó mucho, llena de modernos edificios o sitios emblemáticos como la torre Westfield, y de tiendas caras y centros comerciales. Y aunque había tiendas sólo "aptas" para ricos, eso era lo de menos, de hecho nos daba igual.



Ya merecía la pena sólo el poder pasear por esas calles tan limpias, ver la arquitectura de los edificios y los puentes que hay entre ellos, que comunican directamente con algunos de los centros comerciales para que no haga falta salir a la calle. O simplemente andar y ver pasar el skytrain justo por encima de tu cabeza.



Allí se encuentra también uno de los centros comerciales más antiguos del país, el Strand Arcade, que fue construido en 1891.


A lo mejor no te parece muy antiguo, pero teniendo en cuenta la poca historia que tiene Sydney como ciudad, es todo un monumento. Y cuando entras te transportas directamente a finales del siglo XIX gracias a la decoración y arquitectura victoriana que todavía conserva.





Definitivamente es una ciudad en la que la gente vive bien y se le ve feliz. Y es que, también nosotros, acabamos el día un poco más enamorados de Sydney que el día anterior.

4 comentarios:

  1. Subisteis al skytrain? Debe de ser curioso ver pasar a la gente por debajo

    Voy tomando apuntes.. ya que australia es uno de esos súper viajes que siempre tengo en la cabeza.

    Un saludo y a seguir disfrutando!

    ResponderEliminar
  2. @Raquel
    Hola Raquel!!! Pues si te digo la verdad, no llegamos a subir. Tiene que estar chulo, pero como el recorrido que hace es corto y no nos hizo falta usarlo, pues nada, que no te puedo decir cómo es...jejeje.
    Un saludo viajera! ;D

    ResponderEliminar
  3. Debe ser una ciudad muy cosmopolita y se nota en sus calles, hay escenas que me transportan perfectamente a la Costa Oeste y sobre todo a Las Vegas, ese skytrain es calcado :D

    Y luego tienes los clásicos toques de jardines chinos, muy chulo también.

    Interesante el billete que cogisteis, esperando más detalles en las próximas entradas, que me parece que vamos a ver mucha naturaleza jeje

    Un Saludo!!!

    ResponderEliminar
  4. @José Carlos DS
    Pues dentro de poco explicaré más detalladamente qué incluía el billete, pero para que te vayas haciendo una idea: Gran Barrera de Coral, Fraser Island... ;)

    Saludos!!!!

    ResponderEliminar

... y más

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...