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21 de enero de 2013

2º día en Fraser Island. En busca del dingo perdido.

Nuestro segundo día en la isla Fraser comenzó bien temprano. Después de desayunar nos subimos al camión dispuestos a descubrir todo lo que aún nos quedaba por ver de esta isla. Lo primero fue ir directamente hasta la Seventy-Five Mile Beach, llamada así porque tiene aproximadamente 75 millas de largo. Aunque debido al movimiento constante del mar y la arena, no siempre tiene esa longitud.

Esta playa recorre gran parte de la costa este de la isla de Fraser y lo normal es recorrerla en camión o 4x4. Una vez allí a lo mejor te apetece darte un baño en esta kilométrica playa, pero lo de nadar entre sus corrientes peligrosas, y abundantes tiburones tigre, según el guía, lo convierte en algo arriesgado. Otra de las particularidades de esta playa es que al mismo tiempo que es carretera nacional, es también una pista de aterrizaje para avionetas. Nosotros no vimos ningún aterrizaje, pero también nos comentó que no hubiera sido nada raro ver cómo despegaba o aterrizaba una avioneta.

No muy lejos de allí se encuentra Eli Creek, el mayor de los arroyos de agua dulce de la parte oriental de la isla, que transcurre justo a la orilla del mar. El guía nos contó que puede llegar a verter hasta 4 millones de litros en el océano cada hora y que entre sus cristalinas aguas se reproduce una gran variedad de fauna y de flora. Entre otras especies, banksia y pandanus. Los más atrevidos se dieron un chapuzón en sus más que frías aguas pese a que no hacía calor (seguía muy nublado) y que las serpientes de agua son una de las especies que más fácilmente te puedes encontrar entre sus aguas. (Los que ya me vais conociendo sabéis que, sólo el escuchar la palabra serpiente, me tira para atrás).

Seguimos descubriendo algunos de los lugares más conocidos y llegamos a tal vez una de las paradas de Fraser más icónicas, la del naufragio del Maheno. Los restos del Maheno, un barco construido en 1905 y que prestó servicio como barco de pasajeros de lujo uniendo la costa con Tasmania y como barco hospital durante la I Guerra Mundial, se encuentran en medio de esta playa después de que un ciclón en 1935 le hiciera encallar. Sus restos permanecen en tierra, donde el agua y el paso del tiempo siguen oxidando lo que queda de él.

Restos naufragio del Maheno

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