26 de junio de 2012

Cairns (I) Porque ser y estar no significa lo mismo

Después de 3 horas en avión desde Sydney llegamos a Cairns, una ciudad situada en la costa de la Península del Cabo York, en una franja costera entre el mar de Coral y la Gran Cordillera Divisoria. Nuestra llegada a esta ciudad a eso de las 8 de la mañana, nos dejó K.O.

Al salir a la calle para coger el autobús que nos llevaría hasta nuestro hostel, el Corona Backpackers, la poca sangre que nos quedaba todavía en la cabeza se nos bajó a los pies de golpe.

Nada más bajar del avión ya notamos ese clima tropical tan húmedo y asfixiante, que sumado al cansancio que llevábamos después de nuestra noche en el aeropuerto de Sydney, nos dejó atontados para las próximas horas. Nos costó aclimatarnos a Cairns y nunca mejor dicho.

Al llegar al hostel no pudimos hacer otra cosa mas que tumbarnos en los sillones que había en el salón-cocina para descansar un poco mientras arreglaban nuestra habitación, que hasta las 10:00 de la mañana no estaría disponible. La sangre nos llegaba al cerebro lo justo para pensar en comer algo, lo que fuera, y poder acostarnos luego en nuestra habitación un buen rato.

Los zombies en The Walking Dead sin ninguna duda están más vivos de lo que lo estábamos nosotros en aquel momento en que nos acercamos al supermercado a comprar algo de comer. Vagando por los pasillos en busca de algo que poder echarnos a la boca y que no necesitara de mucha preparación, nuestro clásico: pan, jamón y queso, nos salvó de nuevo.

Nos levantamos un par de horas mas tarde. Eran las 11 y algo de la mañana y nos fuimos a buscar la biblioteca pública, que según el mapa estaba cerca de allí, para poder conectarnos a internet. Peeeeeero... resulta que en Cairns las bibliotecas públicas no cuentan con conexión gratuita a internet. Sólo queríamos conectarnos para reservar la excursión a la Gran Barrera de Coral (GBC) que salía desde Cairns y que teníamos incluida en nuestros billetes de autobús.

En Australia hay 3 maneras de poder acceder a internet. La primera y obvia, pagándolo (a precio de oro), la segunda, en bibliotecas públicas (menos en Cairns) y la tercera, que nunca falla, en los Mc Donalds.

Así que descartadas las dos primeras, nos fuimos andando en busca del Mc Donalds que según el chico de la recepción se encontraba no muy lejos del hostel. Pero estábamos tan cansados que nos perdíamos por las 5 calles que había de camino hasta allí. Y es que en Cairns todas las calles son muy parecidas, por no decir iguales, y no hay nada que ayude a diferenciarlas.

No conseguíamos orientarnos porque nuestros cinco sentidos estaban bajo mínimos y esto provocaba que nuestro cerebro sólo alcanzara para ofrecernos un simple mapa callejero de Cairns, algo así como:

Breve resumen de las calles y gentes de Cairns, según nuestro no-irrigado cerebro

  • Tienda de souvenirs, hostel, hostel, tienda organizando excursiones, restaurante, hostel, tienda de souvenirs, restaurante, tienda organizando tours, hostel, restaurante, hostel, tienda de souvenirs.
  • Alguien en camisa hawaiana, tío en bañador, aborigen, tío en bermudas, aborigen, tía en bikini, alguien en camisa hawaiana, aborigen, tío en bermudas, aborigen, tía en bikini.

Después de hacer el recorrido hasta allí en 30 minutos, cuando en condiciones normales no se tardaría más de 10, nuestro ordenador no conseguía tener acceso a internet. Parecía contagiado por el virus del atontamiento, y aunque se conectaba a la red, internet no funcionaba. Sin saber muy bien el por qué y cansados y sin ganas, nos volvimos al hostel.

Estaba claro que lo que necesitábamos era una cura de sueño. Después de cenar algo, lo mejor que podíamos hacer era acostarnos temprano y al día siguiente ya se vería. Estábamos tan atontados, que no caímos en que lo mejor hubiera sido acercarse directamente a la oficina de Greyhound en Cairns y reservar desde allí nuestra excursión a la barrera de coral (Vamos, que no hubiera hecho falta conectarnos a internet) Pero en esto caímos al día siguiente.

Otra prueba más de la empanada mental que sufrimos, es la ausencia de fotos de aquel primer día en Cairns. Es casi como si no hubiera existido. Y es por eso que esta entrada se va a tener que quedar así, en blanco fotográfico, como estaban nuestras mentes ese día al irnos a la cama.

To be continued....
Próxima entrada. Cairns y Palm Cove


1 comentario:

  1. Vaya.. si que estabais agotados, si.
    Parece mentira que cueste tanto conectarse a internet en un país com Australia, es algo que me gustó mucho en Argentina, te acercabas a un restaurante y tenia wifi gratis, era muy muy cómodo.

    Un saludo viajeros, ya contareis que tal la excursión a la barrera de coral!

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